Andrea, cine y literatura

Críticas, textos teóricos y literarios, reposts interesantes

Día 14. Una película para ver sol@


Siempre me ha gustado ver cine sola. Desde la adolescencia, cuando parecía imprescindible ir a cine acompañado, adoraba correr sola de función en función, sin nadie que me hablara al oído ni me agarrara el brazo, sin nadie que juzgara cómo subía mis piernas en la silla de adelante o sin que me coartaran mi costumbre de entonces de hacerme en las primeras filas… se trataba, por supuesto de grandes salas comerciales o de cinematecas donde las sillas estaban a una distancia prudencial de la pantalla, no como los multiplex de ahora en los que sólo se ve decentemente de la mitad para atrás. En ese entonces, además, no veía películas en video ni en televisión, así que mi soledad era multitudinaria, cuando la cinta era de cartelera, o compartida por otras almas solitarias en las salas de arte y ensayo.

Ahora, sola, veo más en casa, en la sala, con excelentes condiciones de sonido y pantalla 16:9, cuando se trata de cintas contemporáneas o remasterizadas, o en la delicia de mi cama, con el viejo pero gran televisor 4:3 y sonido estéreo para los clásicos que se editan en ese formato y generalmente con sonido mono. Y de vez en cuando vuelvo sola a las salas, pero ahora, con las sillas numeradas, tiene mucha menos gracia. En fin… que para mí todas las películas se disfrutan viéndolas uno solo, difícil elegir solo una ahora.

Se me viene a la cabeza, y no tengo muy claro por qué, Enter the Void, de Gaspar Noé, una cinta extraña, larga, compleja. Un francés dirige un filme hablado en inglés y que sucede en Tokio, ya eso solo resulta extraño, y más si sabemos que es una interpretación (muy) libre del Libro Tibetano de los Muertos. Es quizá una película para ver sola porque la experiencia de la muerte no puede ser compartida, porque es una película de las que menos he querido hablar. La vi hace ya tiempo y creo que aún no la he digerido del todo.

Sin ser maravillosa, la película tiene una puesta en escena inquietante, con un factor estilístico que a veces resulta molesto, pero que es un sello de coherencia interna: la cámara siempre está a la espalda del protagonista, un camello de poca monta que acaba muerto al comienzo de la trama y que recapitula su vida y visita a sus seres queridos antes de poder pasar al otro mundo.

Está repleta de colores, música, alusiones a otros textos y filmes, tiene una estética excesiva y maximalista que a ratos se desvincula incluso de su argumento. Éste, sin embargo, es la clave de la soledad de la recepción: pone a pensar sobre lo que uno espera de su propia muerte, obliga a hacer balance, a rememorar situaciones pasadas… y eso es mucho mejor hacerlo solo.

Aquí va el tráiler:

4 comentarios el “Día 14. Una película para ver sol@

  1. carlos alejandro gonzález
    diciembre 17, 2011

    la película que siempre vi solo fue….historia de O. un film frances de los 70…con un erotismo….dulcísimo. nunca la ve´ria con nadie

  2. Claramente Enter the Void!

  3. Clarabella Fontosa
    abril 16, 2013

    Pues sola, o acompañada exclusivamente de quienes comparten esta obsesión, cualquier musical de Disney-Pixar y cualquiera de las dos Sister Act. Solo porque me las sé, y, cuando paso toda la película diciendo todos los diálogos, la gente tiende a hartarse un poquito.

  4. kraven
    May 5, 2013

    creo que la mejor película para ver solo y analizarla, es Shame, genera un poco de gracias ver la verdad enfrente, porque aunque no lo quiera uno, termina viendo algo de verdad en esta película, aun así me gusto mucho.

Deja un comentario

En IMDb

Mi lista de películas favoritas: http://www.imdb.com/list/mI3iQ_vSCgk/