Día 23. Una película malisisísima que te guste en secreto

Aquí la vergüenza me obnubila. Debería saltarme este día para no compartir este terrible secreto… tengo que sacar todas mi fuerza de voluntad para confesarlo: me gusta la saga de Crepúsculo (Twilight), Basadas en las novelas de Stephenie Meyer, que no he leído.

Las razones son básicamente dos: me fascina todo lo que tenga que ver con vampiros y soy una romántica empedernida. Lo que me gusta, además de la familia de Edward (él -interpretado por Robert Pattinson- es de los menos interesantes) y todos sus enemigos, es el hecho de que la protagonista sea una persona tan común y corriente: Bella no es bonita, ni especialmente interesante, ni muy inteligente, en fin, nada especial -y la actriz que la intepreta, Kristen Stewart, es fatal- y que sin embargo logra enamorar a un par de hombres espectaculares, Edward y Jacob -Taylor Lautner- ambos formidables en estilos opuestos -no se trata aquí de el bueno y el malo, ambos son las dos cosas a la vez, pero tienden a la bondad los dos-, que la ponen en un pedestal y pasan de pelear por ella a unirse para defenderla. Además ella es pálida, debilucha, introvertida, casi fantasmal, y está siempre en peligro, así que continuamente los necesita… ¿puede haber una trama más romántica? Puede que sea cursi, predecible, manida, llena de lugares comunes, lo que quieran. Pero lo romántico y lo vampiresco no se lo quita nadie. Y por eso, a pesar de saber, entender e incluso ver que toda la saga es mala, pésima, perversa, sucumbo ante su poder, me doblego y la disfruto.

Los dejo con un resumen en imágenes de las tres primeras películas, mientras nos preparamos para las dos partes de la última entrega.