Día 8. Una película sin sentido que te ha dado sentido a ti

Lo primero sería preguntarse, ¿qué es una película sin sentido? Todo filme es un mensaje, y por lo tanto tiene sentido. Habrá unos que estén más cerca de nosotros, habrá otros que lo estén menos, pero creo que, pase lo que pase, el esfuerzo mismo de hacer una película le otorga ya un significado y un valor imborrables.

¿Entonces por dónde tomarlo? Me inclino a entenderlo como ese tipo de películas no canónicas que tienen muchas lecturas posibles. Esas películas que no tienen un «gran» mensaje en términos hollywoodenses, sino que cuentan algo sencillo, que es por coyuntura que uno siente que viene como anillo al dedo, que llegan en un momento preciso y toman un significado enorme para uno en ese instante dado. Una de ellas es Cosas que nunca te dije, sobre la que ya escribí hace tiempo (ver acá la reseña), y otra, ente muchas posibles, es la maravillosa Deseando amar (In the Mood for Love) del inigualable Wong Kar-Wai.

Más sentido no puede tener, por supuesto, pero a la vez la historia es casi inasible, cuenta lo que pasa pero no se ve, muestra lo que podría pasar pero no llega a suceder… La señora Chan (interpretada por la deliciosa Maggie Cheung) y el señor Chow (Tony Leung) protagonizan un amor negado, etéreo, sin resolver, pero de una profundidad absoluta. La estética es más relevante que la narración, la cadencia visual y musical envuelve al espectador en una trama que parece mucho más poesía que prosa, y es más importante lo no dicho, lo no hecho que todas las palabras y las acciones -pocas y repetitivas- que dan cuerpo al film.

Y me dio sentido a mí precisamente por la estética, me abrió un mundo plástico maravilloso al que antes no había tenido acceso, me dio nuevas ganas de vivir para verla de nuevo, y nunca me canso de hacerlo. Espero que ustedes la disfruten tanto como yo.