Día 82. La película con la mejor pelea (guerra, discusión) del cine

Si tuviera que escoger exclusivamente una pelea, me tocaría repetir película: sin duda, elegiría el combate entre el guerrero sin nombre y Cielo, la batalla mental que sostienen bajo los sonidos de cítara, en Héroe, de Zhang Yimou.

Pero como de esa cinta ya hablé en el día 33, y como la pregunta abre otras posibilidades, me decanto por otra obra del mismo autor: La maldición de la flor dorada, de 2006, fastuosa producción que combina los géneros histórico, de melodrama y artes marciales con sutileza y un deleite estético impresionante.

Más allá de la retorcida historia de ambición, amor y traición, ambientada en la dinastía Tang de la China del sigo X, lo que atañe al reto de hoy es la batalla que tiene lugar en el clímax de la película.  El festival Chong Yang reúne después de algunos años a toda la familia imperial: el emperador regresa con su segundo hijo a donde su esposa, con quien tiene una muy fría relación. Ella, obsesionada con los crisantemos dorados y con su hijastro, el heredero, se encuentra cada vez más mal. Cada uno parece tener intereses distintos, y los malos augurios rondan el palacio, hasta que el festival da paso a la rebelión: el color de las flores se traslada a las armaduras de un ejército que embate contra el palacio…

Una guerra hermosamente coreografiada, colorida, en la que un ejército de oro se enfrenta a uno de plata, en lo que parece un juego infantil, sin que por eso pierda veracidad ni dureza la historia. Al punto que subvierte mis principios: siempre he sostenido que detesto el cine de guerra, y esta es una película que me resulta hermosa, con sentido y, descontando la escena mencionada anteriormente, con la mejor batalla de todo el cine que he visto.