Día 78. La película más lenta que hayas visto

Desde hace tiempo, unas preguntas atrás, cuando leí los retos que se me avecinaban para los próximos días, lo tuve claro: la película más lenta que he visto en mi vida es El sol del membrillo, de Víctor Erice, sin lugar a dudas.

Se trata de un documental español, donde Erice, con la sensibilidad que lo caracteriza, sigue el día a día de Antonio López, un artista plástico, en un retrato intimista y sosegado… demasiado sosegado para mi gusto. López quiere capturar la luz en sus cuadros. Y, en particular, quiere retratar un árbol de membrillo que ha plantado en su jardín, un tema recurrente en su obra, que se renueva cada otoño.

Erice lo acompaña en su búsqueda, en esa manía perfeccionista de representar los rayos del sol sobre las hojas del árbol y sus frutos, sus sombras, sus matices… Son semanas de trabajo, y más de dos horas de película en las que no pasa nada más que esto, y el tiempo parece realmente no avanzar.

Respeto enormemente a quienes aman este tipo de cine, incluso los envidio, quisiera tener tanta sensibilidad. Pero a mí llega a irritarme. Empiezo a moverme en la silla, me desconcentro (y más si, como en este caso, se trata de sillas tan incómodas como las del Mambo) y pierdo la paciencia. A pesar de la belleza, que reconozco y que sé apreciar sólo por breves momentos en las imágenes, en la composición de los planos, en la preciada luz tan valiosa en la misma trama… La disfrutaría mucho más, en este caso, si el tiempo corriera más aprisa en la película.