Día 68. La mejor película de melodrama

No soy muy amiga del melodrama. Me gustan las películas dramáticas, sí, pero no las que manipulan las emociones. De todas maneras tengo que admitir que soy de lágrima fácil y me conecto con los sentimientos y el carácter de los personajes fácilmente. Tal vez es justamente por ello que no me agrada que los guiones estén prefabricados para generar llanto generalizado en determinados momentos y alivio sonriente más adelante.

Y sin embargo, por supuesto, hay unos cuantos melodramas que me han subyugado. Ya hable de uno en el blog (La flor de mi secreto), y tengo que destacar también Tú y yo, de Leo McCarey. Pero con el que me quedo, definitivamente, es Lo que el viento se llevó (Gone with the Wind), de Victor Fleming, cinta de 1939 que cuenta las desventuras de la caprichosa y obstinada Scarlett O’Hara -Viven Leigh- y su galán Rhett Butler -Clark Gable-, en una historia de amor, ambición, descalabro y poder.

Esta superproducción rodada en un technicolor sorprendente permite hacer el recorrido por la vida de la joven Escarlata, que pasa de ser una adolescente consentida y veleidosa a una terrateniente aguerrida. Después de no conseguir al hombre que ama -Leslie Howard-, rechaza al nuevo rico que la pretende, Rhett, al que acabará aceptando cuando las vueltas de la vida, en forma de Guerra de Secesión, la deje en la ruina y necesite de él desesperadamente.

Muerte, transformación, pérdidas, rechazos, todos los ingredientes que necesita un melodrama para ser un éxito tienen aquí un lugar, y están combinados a las mil maravillas en esta película que no envejece ni visual ni narrativamente.