Día 48. Una película con tu héroe de la infancia

Cuando niña tenía mucha imaginación y ningún televisor en casa. Pintaba, escribía, leía mucho, buena literatura -guiada maravillosamente por mi padre-, yno era muy de cómics de superhéroes, prefería, en este caso, por mucho a Archie, pero no he visto ni he sabido de ninguna película basada en él, aunque probablemente haya alguna de la que no me llegó noticia. Por otra parte, me escabullía cada que podía donde alguna amiga para ver Los ángeles de Charlie los domingos en la noche (si mal no recuerdo), pero la versión cinematográfica me parece más que deplorable, así que no vale ponerla en mi reto.

Me quedo, entonces con el cine, mi mayor fuente de héroes y antihéroes -la literatura me llena más de historias, el cine de personajes-, y me viene un recuerdo que me saca una sonrisa, aunque esté muy borroso: adoraba a Trinity, la maravillosa pareja conformada por Bud Spencer y Terrence Hill, de los que vi unas cuantas película, aunque la verdad no sé exactamente cuántas hicieron juntos, ni creo haberlas visto todas, a lo sumo cuatro o cinco, pero lo que sé es que me encantaban, me entretenían muchísimo, me sacaban carcajadas.

No he vuelto a ver, desde hace más de dos décadas, una película de ellos, y a duras penas recuerdo algunas anécdotas, los argumentos los he perdido en la memoria desde hace tiempo. Elijo, pues, más por el nombre en sí mismo que por otra cosa, Me llamaban Trinity (Lo chiamavano Trinità… o They Call me Trinity) pues el tráiler me trae apenas ideas borrosas de lo que fue la cinta, de la que recuerdo apenas los clichés de los spaghetti western, las peleas en el saloon, los duelos en las calles llenas de polvo, enmarcados en un montón de enredos y aventuras que aunque no pueda revivir, sé que disfruté hasta la médula.

Quedo con ganas de volver a ver algunas de estas películas, y espero despertar el mismo interés en mis lectores.