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Día 44. Una película de terror o thriller que sí verías sola


Como ya dije antes, no me gusta el terror en general, y si me toca verlo, es porque alguien me insiste, por lo que seguramente lo verá conmigo… Dentro del subgénero de terror psicológico, que es el que mejor aguanto, sé que hay grandes obras cinematográficas, que aunque me cuesta ver, una vez dado el paso, logro valorar.

Se destacan muy especialmente dos aquí, aparte de la que comenté en el día anterior del reto: El resplandor (The Shining), la peli de Kubrick de 1980 que cuenta la historia del terrible enloquecimiento de Jack al quedarse solo con su familia al cuidado de un gran hotel, y que me atemorizó bastante la primera vez que la vi, y la elegida para hoy: El bebé de Rosmary (Rosemary’s Baby), de Roman Polansky, de 1968.

La primera vez que vi esta película casi me muero de susto. La vi tras una gran insistencia en video -entonces VHS- en casa de un amigo, con un montón de gente que no conocía, me sentía incómoda, extraña, casi como la misma Rosemary entre el grupo de adoradores de Satán que la rodea. En mi memoria, la película era excesivamente claustrofóbica, apabullante, terrible, a la vez que hermosa. Le tenía miedo y ganas a la vez, y me tomó muchos años sacar el coraje para volverla a ver.

Lo hice hace pocas semanas, también en nuestro cineclub, y me pareció más bella todavía, pero mucho menos atemorizadora que antes, al punto que hoy sería capaz de ver sola la historia de Rosmary, recién casada y estrenando un espacioso y antiguo apartamento, con ganas de empezar una familia, y con lo que se encuentra es con una realidad muy distinta a lo que esperaba: la primera amiga que hace en el edificio acaba suicidándose, y sus vecinos viejitos son menos dulces de lo quieren aparentar.

Me siento en capacidad de enfrentarme sola a la película, porque me podría dedicar a ver esa dirección de arte tan fantástica, la iluminación simbólica maravillosa, la ingenuidad y belleza del personaje de Rosemary, interpretado por una jovencísima y talentosa Mia Farrow, que se roba el show por completo. Y la vería a pesar de las leyendas acerca de que esta película tuvo que ver con la horrible muerte de la mujer del director, y ya no me asusta a pesar de que tengo un hijo, que más que del demonio, parece un ángel de lo maravilloso y guapo que es.

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