Día 72. Una película donde te haya gustado muchísimo el guion

Es increíble lo mucho que tuve que pensar la respuesta de hoy. Llevo tanto tiempo pensando en la estética y la narrativa cinematográficas, es decir, en el cómo, que me cuesta pensar qué películas me gustan por el guion, por el qué. Cuando pienso en cine, casi siempre pienso en las imágenes, en los encuadres, los movimientos de cámara, en la fotografía, en el manejo del tiempo, en cómo se manipuló la información, en qué tanto se develó la presencia del director, y la historia siempre va entreverada con todo eso, indisoluble, así que buscar una cinta que me haya gustado por su argumento, por lo que hubo de ella antes de ser filmada, independiente de cómo hubiera sido hecha, fue más difícil de lo que imaginan. Todo lo que se me venía a la cabeza se trataba de adaptaciones, así que lo que me gustaba era, más bien, el libro que le había dado pie, y eso tampoco era lo que buscaba.

Hasta que por fin me iluminé. ¡Qué historia! Es un guion que no he leído, pero me encantaría leer: Los sospechosos de siempre –The Usual Suspects-, de Christopher McQuarrie, merecedor del Óscar a mejor guion original en 1996. Cine negro en todas las de la ley, cada pieza del rompecabezas -a veces oculta, a veces regada en frente de nuestras narices- acaba encajando a la perfección al final del relato.

Tras el incendio de un barco en el que murieron 27 personas, «Verbal» Kint es interrogado acerca de los hechos. Él -interpretado por el magistral Kevin Spacey- cuenta que todo empezó unas semanas atrás cuando lo detuvieron con cuatro sospechosos habituales más como sospechoso de un crimen menor. Entonces se empezó a gestar un plan entre todos, en venganza contra la policía, pues ninguno es culpable. Pero tienen la sombra de un gran criminal detrás, Keyser Söze, a quienes todos le deben algo por alguna razón, y es hora de pagarle…

La película, dirigida por Bryan Singer, es formidable, pero definitivamente, es su guion la que la hace ser lo que es. Por supuesto que Singer ayuda, no lo hace nada mal, pero seguramente otro la habría podido dirigir y ser igual de buena. Y es que la historia no tiene desperdicio.