Día 49. La película con la mejor muerte que hayas visto

Si se tratara de la mejor película sobre la muerte, indiscutiblemente elegiría The Hit (en España, La venganza), un filme inglés de 1984 de Stephen Frears, en el que el protagonista, Willie Parker (interpretado por Terrence Stamp) espera que se cumpla su anunciada sentencia por haber vendido a media mafia inglesa unos años antes, y lo hace con una aparente entereza digna de envidia, ante sus captores -William Hurt y un jovencísimo Tim Roth- que han de llevarlo a parís para que el propio capo lo mate. Pero en esta película lo mejor es la vida, esos últimos momentos que le quedan a Parker, que él desdeña con ironía y mucha gracia.

Muertes en sí mismas que me gusten no hay tantas. Me encanta la triangulación balística del final de Reservoir Dogs, la primera película de Tarantino, pero no la sabría explicar bien: así haya visto el filme un montón de veces, no puedo precisar quién mata a quién en qué orden, sólo sé que Mr. White le da tiempo de matar a Joe y a Eddy, creo que éste lo mata a él, mientras que Joe mata a Mr. Orange… en fin, es una escena formidable, pero queda con el segundo puesto, pues el primero se lo lleva 99 Francos.

Se trata de una cinta francesa, de 2007, dirigida por el irreverente Jan Kounen, una crítica feroz a la sociedad de consumo, contada de una manera audaz y contemporánea. El personaje principal es Octave Parango -Jean Dujardin-, un copy publicitario de una importante agencia, que harto de todo ha saboteado la emisión del último comercial de yogurt de una de sus empresas clientes más importante, tras haber sido abandonado por la mujer que ama y haber tocado fondo en el mundo de la rumba y el consumo. Cuando, en medio de la celebración de su ascenso, llega la policía a buscarlo, Octave sube a la azotea del edificio donde trabaja y se lanza a la calle, en un suicidio monumental, que comienza al dar inicio la película y termina con ella: una muerte que ocupa los 99 minutos de film, evocando su propio título.

Una película formidable, diferente a todas las demás, llena de guiños, bien hecha, jugetona, simpática, inteligente y mordaz, que se ocupa por completo de una sola muerte, dando por hecho que en el segundo antes de morir recordamos todos los hitos de nuestra vida, incluso lo que no fue, lo que podría haber sido si no muriéramos ahora…