Deseando amar, por Luisa Agudelo

Un lenguaje universal traducido en un lenguaje poético

Por Luisa Agudelo Aristizábal, l.aaristizabal@hotmail.com

La pelicula Fa Yeung nin wa o Deseando amar es un filme del director hongkonés Wong Kar Wai, realizada en el año 2000, y que gracias a la magnitud, apreciación y concepción cinematográfica logra traducir al ojo del espectador  un lenguaje universal en un lenguaje poético.

Esta película es un estilizado melodrama que pertenece a la parte central de una trilogía compuesta por Días salvajes y 2046. Deseando amar está sustentada en los devaneos amorosos sufridos por sus personajes principales. Su director logra mostrar el gran dominio de la imagen, convirtiendo los diferentes elementos de puesta en escena en disposición de la concepción narrativa y concepto estilístico, recreando un filme lleno de belleza y delicadeza que por medio del montaje entrelaza sus imágenes en un lirismo evocador.

A la hora de hablar de su lenguaje cinematográfico nos podemos encontrar con los diferentes valores que se establecen a lo largo de la película a los movimientos de cámara, como lo es el tilt up, que le pide al espectador apreciar la imagen y el despliegue de la escena de forma analítica, por medio de los movimientos de la cámara se asocia la verticalidad con la horizontalidad, el paneo o tráveling poseen la intención de crear un juego de continuidad y magnífico manejo del espacio, el cual recrea de forma dinámica los planos, y una cámara armoniosa que hace un espectáculo frente al ojo del espectador. También de forma repetitiva podemos encontrar en los encuadres información suficiente de los elementos de utilería, que nos describen de manera acertada con el juego del foco, el espacio, carácter de los personajes y su universo dramático, donde la angulación de cámara detrás de los personajes o en escorzo, posee la intención que tiene el personaje de evadir las emociones frente a la situación del argumento y la cámara posee la función expositiva del psiquis de estos. En todo lo que conforma el lenguaje audiovisual también nos encontramos con gran apreciación en cuanto a la elipsis y la contracción del tiempo real en tiempo cinematográfico.

Por último, vale la pena hablar de su música, que a lo largo del filme nos marca claramente un leitmotiv con “el tema de Yumeji” enfatizando hacia sus personajes principales y evocando a los sentidos el bullente amor que los invade en compañía del despliegue del ralentí sobre la imagen y como leitmotiv al cuarto rojo como punto de encuentro de los boleros cantados por Nat King Cole, donde en este espacio encontramos cierto sincronismo en cuanto al bits de la música con la acción de los personajes y el mismo montaje.