Día 20. Una película que te recuerda tu adolescencia

Si quisiera hablar de una película cuya protagonista me recuerda a mí misma a su edad, podría volver a hablar de Paulina en la playa, de Rohmer, pero ya lo hice en el Día 2. Tendría sentido porque desde esa época estaba en pos del amor y me complicaba por él.

Sin embargo, hoy me voy por otro camino. Elijo la película que más me marcó en la adolescencia, que me partió en dos y decidió muchas cosas de lo que he hecho de mi vida desde entonces. Se trata de una joya maravillosa, Lo importante es amar (L’important c’est d’aimer), un filme de 1975 del polaco Andrzej Zulawski. La vi a los 14 años en la sala de cine del Círculo de Bellas Artes de Madrid, y me emocionó de tal modo que logró que me obsesionara por el cine para siempre. Al verla sentí que el cine era mi vida, y que de una u otra manera, a él debía dedicarme.

Lo importante es amar es una película dura y hermosa. Cuenta la historia de Nadine -interpretada por la maravillosa Romy Schneider-, una actriz de poca monta, que se resigna a trabajar en películas de mala calidad, y Servais -Fabio Testi-, un fotógrafo independiente, que trabaja para algunos gangsters y se le mide hasta a las orgías. Entre ellos surge una relación desbordada de pasión, ambigua y compleja, en la que Nadine queda entre la espada y la pared, pues se sinete obligada con su esposo. Es de destacar también la como siempre imponente presencia de Klaus Kinsky en el papel de Zimmer, un ser desagradable y cruel. La historia es retorcida y melodramática, pero formidablemente contada. la fotografía es asombrosa, llena de claroscuros, y la Schneider, para mí está mejor que nunca. Una cinta extraña, difícil, sí, pero inolvidable. Por eso cambió mi vida.